Por: Ar Mendoza
Morelia Michoacán a 14 de septiembre de 2022.- Cuando escuché por primera vez que el PAN y el PRD se aliarían en diferentes Estados de la República Mexicana, creí que era una nota del Deforma, un medio de comunicación que comenzaba a tener auge en el ámbito cómico del país en ese tiempo, el cual, en la actualidad cuenta con más de cuatro millones de seguidores solo en Facebook, creando notas “fake” o con un estilo chistoso de hacer noticia.
Sin embargo, conforme pasó el tiempo vi que no era una nota emitida por dicho medio, por el contrario, era una alianza que ya estaba establecida y que era una realidad a todas luces. En ese momento vi que las ideologías en México habían terminado, puesto que no comprendía cómo era posible que el agua y el aceite se mezclaran.
Paso el tiempo y tanto el Sol Azteca como el blanquiazul fueron perdiendo adeptos, quizá aquellos que se decepcionaron de una derecha descafeinada y de una izquierda que cada vez viraba más hacía el centro pragmático. Desilusionados de que los ideales de Manuel Gómez Morín y Cuauhtémoc Cárdenas respectivamente, fueran intercambiados por intereses mezquinos de las cúpulas partidistas.
La gota que derramó el vaso fue cuando integraron al monstruo de tres colores que por décadas había sido la antítesis del PAN y del PRD; muchos quedamos incrédulos al ver esa extraña alianza que era como el Frankenstein creado por Mary Shelley.
La semana pasada la alianza denominada “Va por México” tuvo sus días más críticos, después de que Alejandro Moreno alías ‘Alito’, dirigente nacional del PRI, a través de los diputados de su partido presentaran una iniciativa para extender la presencia de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad hasta el 2028, cosa que no fue bien vista por Marko Cortés y por Jesús Zambrano, mencionando lo siguiente:
“Prorrogar la militarización del país hasta el 2028 es también prorrogar la inconstitucionalidad de las leyes que los partidos de coalición hemos votado en contra. Es diferir que se enfrente y resuelva de fondo el problema de la creciente inseguridad, con una auténtica policía civil no militar, que sí salvaguarde la seguridad pública”.
Pero a ‘Alito’ le valió, argumentando que ya se habían comprometido con los militares.
Pero esto no solo afecta a la coalición dentro de un plano nacional, sino que en Michoacán puede generar repercusiones que rompan relación entre las tres dirigencias estatales. Por un lado, tenemos a Guillermo Valencia y su efecto ‘Chimoltrufia’, que conforme dice una cosa, dice otra; a veces apoyando a la alianza y otras veces renegando de ella.
La dirigente blanquiazul, ‘Cuquita Cabrera’, se ha mostrado gris en torno a temas de índole nacional, quizá esperando solo las órdenes de un líder nacional con rasgos dictatoriales como lo es Marko Cortés Mendoza, quien es amo y señor de las decisiones del blanquiazul.
Y de Octavio Ocampo, dirigente del PRD, pues… no queda más que decir que si no van en alianza con el PAN y el PRI, podrían desaparecer como ya lo han hecho en distintos Estados del país. Al Sol Azteca no le queda más que ampararse del morbo mediático que genera Silvano Aureoles y su sueño guajiro de representar a la alianza de cara al 2024… algo que no se creen ni sus más allegados ‘colaboradores’.
Mientras tanto en el informe de Óscar Escobar Ledesma, legislador panista en el Congreso de Michoacán, se presumieron los logotipos del PRI, PAN y PRD; lo que significa que no tienen ni idea si la alianza en Michoacán sigue o no.
Lo cierto es que podría ser el principio del fin para una alianza sin pies ni cabeza que lo único que ha provocado es una oposición débil, sin fondo, ni forma y que ha sido expuesta por el Presidente López Obrador, no olvidando que el próximo año se juegan la famosa ‘joya de la corona’ que es el Estado de México, el cual podría ser arrebatado por Morena, de no conformar un frente opositor fuerte y propositivo, algo que sin duda, allanaría el camino para que el partido guinda triunfara en el 2024.