Ciudad de México a 2 de marzo de 2024.- En los últimos seis meses, México ha sido testigo de una escalofriante ola de violencia política que ha segado la vida de al menos 26 aspirantes a diversos cargos públicos. Esta preocupante tendencia ha convertido este periodo en uno de los más siniestros en la historia moderna del país, con víctimas provenientes de un amplio espectro de partidos políticos.
El inicio de esta serie de eventos trágicos se remonta a diciembre de 2023, cuando figuras como Jaime Dámaso Solís, aspirante a la alcaldía de Zitlala, Guerrero, y Miguel Ángel Cruz Robles, candidato a la presidencia municipal de Villa del Carbón, Estado de México, fueron brutalmente asesinados, dejando una nación consternada.
La escalada de violencia continuó implacable en enero de 2024, cobrando la vida de Giovanni Lezama Barrera, secretario general del PAN en Morelos, y Sergio Hueso, aspirante a la alcaldía de Armería, Colima por Movimiento Ciudadano, entre otros. Febrero y marzo no mostraron tregua, sumando más nombres a la lista de víctimas inocentes de esta brutalidad.
La diversidad política de las víctimas refleja la extensión geográfica de la violencia, que ha dejado un rastro de devastación desde el norte hasta el sur del país. Ningún partido político ha escapado a este flagelo, demostrando que la violencia política en México no discrimina.
La situación ha generado una alarma generalizada, instando a las autoridades a tomar medidas urgentes para reforzar la seguridad y protección de los candidatos y aspirantes a cargos públicos. Es imperativo que se tomen acciones concretas para garantizar la integridad y el derecho democrático de los ciudadanos a participar en el proceso electoral sin temor a represalias mortales.