Morelia, Michoacán a 8 de enero de 2025.- La construcción del polémico teleférico en la capital michoacana ha sumado un nuevo episodio de conflicto, esta vez en la colonia Jacarandas. Vecinos de la calle Fernina Rivera, esquina con Manuela Medina, denunciaron actos de intimidación y amenazas por parte de trabajadores de la obra, quienes aseguran tener la autoridad para realizar excavaciones a las afueras de una casa habitación, sin importar el consentimiento de los habitantes.
Según testimonios de los afectados, los trabajadores afirmaron que no tienen por qué pedir permiso a nadie, pues están respaldados por órdenes federales. Asimismo, argumentaron que la calle pertenece al gobierno estatal, lo que, según ellos, les otorga el derecho absoluto de intervenir en el lugar.
“Traeremos a la policía estatal si es necesario”
Los empleados, lejos de mostrar disposición al diálogo, habrían amenazado con recurrir a la fuerza pública para continuar con las labores. Vecinos relatan que, ante la inconformidad manifestada por la comunidad, uno de los trabajadores lanzó una advertencia directa: “Si siguen oponiéndose, traeremos a la policía estatal. No hay nada que puedan hacer.”
Este enfrentamiento ha generado indignación y temor entre los colonos, quienes consideran que las acciones de los trabajadores vulneran sus derechos. “No nos consultaron, no nos informaron nada. Simplemente llegaron con maquinaria pesada y comenzaron a excavar frente a nuestras casas. Ahora nos amenazan por defender nuestro espacio,” declaró una vecina afectada.
El proyecto del teleférico ha sido promovido con fuerza por la administración estatal encabezada por Alfredo Ramírez Bedolla, quien lo ha catalogado como una obra insignia para detonar el turismo en la región. Sin embargo, la falta de consenso con los habitantes de las zonas afectadas y las denuncias de abusos por parte de quienes ejecutan los trabajos están generando un clima de tensión creciente.
Vecinos han señalado que la administración estatal está incurriendo en un abuso de poder, al imponer la obra sin considerar el impacto social ni ambiental. “No se trata solo de una invasión a nuestra privacidad y tranquilidad, sino de la falta de respeto hacia los ciudadanos. Nos tratan como si nuestras casas y calles no importaran,” expresó otro habitante.
Los vecinos de la colonia Jacarandas han solicitado la intervención de organismos de derechos humanos y autoridades independientes para frenar los abusos y garantizar que se respete su propiedad y seguridad. Además, hacen un llamado a Alfredo Ramírez Bedolla para que asuma su responsabilidad y detenga las prácticas intimidatorias empleadas en nombre de su gobierno.
“¿De qué sirve un teleférico si para construirlo destruyen la paz de los ciudadanos? Esto es inaceptable y no lo vamos a permitir,” concluyó una de las personas afectadas.