Por Abundio Molinero
Morelia Michoacán a 19 de septiembre de 2018.- Luego de sentirse apoyados por el “casi” delegado morenista de la federación en Michoacán, Roberto Pantoja Arzola, los expulsados de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) toman fuerza y se manifestaron este miércoles en la torre de Rectoría durante la sesión extraordinaria del Consejo Universitario para buscar que sea atendida su demanda de reingreso a la Máxima Casa de Estudios.
Con pancartas mediante las cuales señalaban consignas en contra del rector y donde acusan a los propios funcionarios de que también causaron los destrozos en la universidad las cuales les adjudican a ellos, los manifestantes calificaron de injusta su expulsión.
La exigencia de los jóvenes se da, luego de que el dirigente estatal de Morena “exigió” a través de un oficio al Rector, Medardo Serna González que reconsiderara la expulsión de los muchachos escudándose en que fue una petición “que le encargó” el Presidente de la República Electo, Andrés Manuel López Obrador.
Luego, llevaron a cabo una rueda de prensa donde se dijeron violentados en sus derechos fundamentales como es su derecho a la educación aunque tuvieron que pasar más de dos años de que tomaron las facultades universitarias.
Y es que hay que recordar que Serna González ha buscado “acercarse” a López Obrador en varias ocasiones a quien le ha pedido recursos extraordinarios para cubrir la nómina de los académicos y los trabajadores que solo alcanzará para la última quincena de septiembre.
Los jóvenes expulsados señalaron que seguirán insistiendo hasta que su caso sea considerado por el Consejo Universitario y hasta que sea sometido una vez más a votación para saber si los jóvenes pueden regresar a las aulas aunque de hacerlo, los consejeros deberían entonces reconsiderar también otras expulsiones que se dieron en otros tiempos y en condiciones similares.
Cabe recordar que los integrantes de la Coordinadora de Universitarios en Lucha (CUL) tomaron las instalaciones universitarias en agosto del 2016 la cual duró 65 días y para marzo del 2017, el Consejo Universitario decidió expulsar a nueve moradores los cuales causaron destrozos a las instalaciones y pérdidas millonarias a la universidad además de lesiones incluso con bombas molotov a estudiantes que en varias ocasiones intentaron recuperar los edificios de Ciudad Universitaria.