“Desaparecer por ejemplo el FONDEN y FOPREDEN, no ayuda este largo camino de 35 años en los que se ha luchado para su consolidación, formando y logrando crear un sistema de protección civil; el Estado, tiene la obligación de buscar y garantizar la seguridad humana y la protección de las personas, y al realizar una acción tan desastrosa y grave como la que impulsa la Cuarta Transformación no se garantiza tales derechos humanos y se pone en riesgo a la población, se afecta a los estados y municipios”.
El Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), fue creado a finales de los años 90’s como un mecanismo presupuestario para apoyar de manera eficaz y oportuna a la rehabilitación de la infraestructura federal y estatal afectada por desastres de origen natural, considerando únicamente los fenómenos geológicos e hidrometeorológicos, contemplados en ese momento en la legislación de la materia, por lo que resulta preocupante que se pretenda desaparecer.
Por su parte el Fondo para la Prevención de Desastres Naturales, mejor conocido como el FOPREDEN, tiene como objeto destinar recursos económicos para reducir el riesgo de desastre a través de la prevención, es decir, de la realización de obras de mitigación en beneficio de la sociedad, con ello, México ha logrado colocarse como un país vanguardista y ejemplo a seguir en Prevención de Desastres.
De desaparecer estos fideicomisos, subrayó que Michoacán -como otras entidades del país- se vería gravemente afectado, pues en nuestra entidad se han registrado eventos dolorosos y difíciles de olvidar, entre ellos los sismos de 1985 y los de 2017, el primero tuvo su epicentro en las costas de nuestra entidad, y otro acontecimiento fue el desastre originado por el deslizamiento de ladera en 2010 en los municipios de Angangueo, Tuxpan, Tuzantla y Ocampo, en el cual perdieron la vida un total de 34 personas, y una contingencia más reciente fue en el 2018, en Peribán en el que perdieron la vida 11 personas y 3 aún siguen desaparecidas.
Dichos acontecimientos han generado un caos social, económico e incluso político, por la falta de recursos humanos, materiales y económicos para afrontar los desastres, por lo que al desaparecer estos fideicomisos se dejaría en indefensión si ocurre una contingencia futura.
“Las emergencias, contingencias y desastres, de origen natural o antropogénico, sacan a relucir las mejores capacidades e incapacidades de las instituciones, para la oportuna toma de decisiones, en la atención y respuesta de los efectos producidos por los fenómenos”.