Morelia Michoacán a 12 de junio de 2017.-Es necesario que en cada hogar del país se genere conciencia que la violencia contra las personas adultas mayores es un problema social de orden nacional que atenta no sólo contra su salud, sino también contra sus derechos humanos, señaló el presidente de la Comisión de Desarrollo Social en la LXXIII Legislatura Local, Manuel López Meléndez.
Ante la conmemoración este 15 de junio del Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez, el también Coordinador del Grupo Parlamentario del PRD en el Congreso del Estado, señaló que en Michoacán las personas de 60 años y más, suman 439 mil 127 personas y representan 10.2 por ciento de la población estatal.
En ese sentido, dijo, que los adultos mayores en el estado transitan por diversas etapas de desarrollo y marcan estilos de vida diferenciados, pues se hace evidente la pérdida gradual de capacidades motrices y cognoscitivas conforme avanza la edad.
Partiendo de la estadística del INEGI, subrayó que de las personas de 60 años y más que residen en el estado, el 28 por ciento está en una etapa de prevejez (60 a 64 años); 41.1 por ciento se encuentra en una vejez funcional (65 a 74 años); 13.4 por ciento está en un vejez plena (75 a 79 años) y 17.5 por ciento transita por una vejez avanzada (80 años y más).
Señaló que en la medida en que avanza la edad se hace patente una mayor sobrevivencia en las mujeres: en la etapa de prevejez hay 112 mujeres por cada 100 hombres y aumenta a 118 en la vejez avanzada.
“Más allá de la pérdida o disminución de las capacidades físicas en dicha etapa de la vida, uno de los problemas centrales que enfrentan los adultos mayores es el de la violencia y el maltrato, tanto que los datos del INEGI nos muestran como las mujeres de 60 años y más de Michoacán en un 22.9 por ciento señalan haber sufrido violencia por parte de sus hijos, hijas, nietos o nietas, así como de otras personas con quienes viven”.
Asimismo el Diputado subraya que a esas mujeres adultas mayores que sufrieron violencia, en el 53.9 por ciento de los casos sus familiares les dejaron de hablar, a 33.2 por ciento ya no les dan dinero, 27.8 por ciento sufren abandono, y el 40.5 por ciento han sufrido amenazas de correrlas o sacarlas de la casa; las han lastimado o aventado cosas; les han dicho o hacen sentir que son un estorbo; las descuidan cuando se enferman o les dejan de comprar sus medicamentos.