Erongaricuaro Michoacán a 24 de septiembre de 2024.- La crisis de seguridad en Michoacán continúa deteriorándose bajo la administración del gobernador Alfredo Ramírez Bedoya, quien ha sido criticado por la falta de resultados tangibles en la lucha contra el crimen organizado. En un nuevo episodio de violencia, este martes se registró un enfrentamiento armado entre civiles y elementos de la Guardia Nacional en el municipio de Erongarícuaro, cerca de la salida a Napízaro, lo que ha dejado en evidencia las fallas del C5-SITEC y el sistema de seguridad del estado.
De acuerdo con reportes preliminares de la Fiscalía General del Estado, el enfrentamiento ocurrió alrededor de las 15:00 horas, cuando civiles armados atacaron a elementos de la Guardia Nacional que patrullaban la zona. Hasta el momento, no se ha brindado un número exacto de heridos ni de bajas en este enfrentamiento, pero sí se ha confirmado que al menos dos unidades de la Guardia Nacional resultaron impactadas.
Ante la magnitud del ataque, la Fiscalía solicitó apoyo aéreo para repeler la agresión. Sin embargo, hasta el momento, la información sobre los refuerzos desplegados ha sido limitada. Se sabe que la Guardia Civil Municipal y la Guardia Civil Regional también fueron alertadas para intervenir, pero no se ha especificado el número de unidades ni de efectivos movilizados, lo que ha generado cuestionamientos sobre la efectividad de la coordinación entre las distintas fuerzas de seguridad.
El C5-SITEC, específicamente desde su subcentro en Morelia y Pátzcuaro, ha sido el encargado de monitorear y coordinar las acciones de respuesta ante esta situación, pero el flujo de información ha sido escaso, lo que ha generado un clima de incertidumbre en la zona. Las denuncias sobre la falta de recursos, capacitación y equipamiento en estos centros de control han sido una constante desde el inicio del gobierno de Ramírez Bedoya, y este incidente vuelve a poner en tela de juicio la capacidad de respuesta ante emergencias de alto impacto.
Este enfrentamiento se suma a una serie de incidentes violentos que han sacudido Michoacán en los últimos meses. Pese a las reiteradas promesas del gobernador de reforzar la seguridad en las regiones más conflictivas del estado, los resultados han sido insuficientes. La creciente presencia de grupos armados en municipios como Erongarícuaro, Pátzcuaro y sus alrededores refleja un control cada vez más débil del gobierno estatal sobre el territorio.
La ciudadanía, por su parte, ha expresado su frustración ante la falta de seguridad y la impunidad con la que operan los grupos criminales. Las expectativas puestas en el sistema de seguridad estatal, particularmente en la estrategia encabezada por el C5-SITEC, no han sido cumplidas, y los constantes enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y civiles armados son prueba de ello.
Mientras Michoacán continúa siendo escenario de violentos enfrentamientos, la administración de Alfredo Ramírez Bedoya enfrenta serios cuestionamientos sobre su capacidad para garantizar la seguridad de los habitantes del estado. El reciente choque entre la Guardia Nacional y civiles armados en Erongarícuaro es solo el más reciente ejemplo del descontrol en la región, y plantea la urgente necesidad de replantear la estrategia de seguridad para evitar que el estado siga cayendo en una espiral de violencia.