Por Roberto Carlos Guevara
Morelia Michoacán a 12 de julio de 2019.-Una vez más, como desde hace ya varios años, la Calzada Juárez se ve inmersa en la polémica por las deficiencias en su construcción, en la calidad de sus productos y con eso brinca la necesidad de que la obra pública sea ejecutada por empresas, preferentemente michoacanas, comprometidas con el estado y la honesta ejecución de sus acciones.
En marzo de 2017 el ex presidente municipal Salvador Abud Mirabent no se anduvo con rodeos y abiertamente señaló que lo que ocurrió con la obra de la Calzada Juárez, fue que se hizo con cemento de fraguado rápido y el constructor, Rymsa, no supo utilizarlo, y por ello, aseveró categórico, es una obra mal hecha.
Las repercusiones de obras mal realizadas llevan a situaciones en las que, más allá de las afectaciones a los usuarios, se cuentan las de índole legal por demandas y multas a las empresas que hacen mal su trabajo.
Y a eso se debe sumar el gasto que debe efectuarse para reparar las deficiencias y así, una obra como la de la Calzada Juárez, a la que se le destinó un presupuesto inicial superior a los 21 millones de pesos, en los hechos, termina costando mucho más por la reparaciones que se tienen que hacer.
Ya van más de cuatro años, pasó la administración de Wilfrido Lázaro Medina, la de salvador Abud Mirabent, la de Alfonso Martínez Alcázar, hoy está gobernando Raúl Morón Orozco y las deficiencias del trabajo de Rymsa siguen brotando.
Por esos también se realizó un trabajo en la Avenida Camelinas y la obra, bien ejecutada, sigue funcionando sin las secuelas de un trabajo mal hecho, como el de Rymsa.
Dicen que la construyó Grupo de Oro, de German Oteiza Figaredo, cierto o no esto, la realidad es que las obras deben ser ejecutadas por empresarios michoacanos comprometidos con Michoacán y sus habitantes, y el compromiso es cumplir con las normas de calidad establecidas en el contrato porque incumplirlas es corrupción y esta debe evitarse en todos los niveles y sectores.
Lo que ocurrió con Rymsa no debe repetirse y es que a la obra de la Calzada Juárez hay que anexar la del Auditorio Wenceslao Victoria y la del Libramiento Sur en las que no quedó bien parada pues hubo señalamientos por deficiencias en la construcción de las mismas.
Lo de Rymsa debe ser una llamada de alerta para las autoridades para que, al momento se asignar las obras, elijan las empresas adecuadas, las honestas y de estas hay de donde escoger en Michoacán. Ya no más Rymsas y Calzadas Juárez, y si, en cambio, más Camelinas.