Iniciativa para que se eviten conductas que transformen la conciencia de un menor para destruir sus vínculos con uno de sus progenitores o abuelos.
Morelia, Mich., a 22 de mayo de 2017.- El divorcio civil o ruptura sentimental, representa el fin de la relación, pero no debe ser el fin de la familia, ya que ésta solo se torna hacia una nueva dinámica en la forma de organizarse, a partir de una patria potestad conjunta y una guarda y custodia por parte de uno de los progenitores, sostiene el diputado Raymundo Arreola Ortega, en su iniciativa por la que se reforman la Ley de Asistencia y Prevención de la Violencia Familiar y la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Michoacán.
En su exposición de motivos, el legislador por el distrito de Múgica sostiene que también se debe considerar como violencia familiar, aquella desplegada por cualquier miembro de la familia que transforma la conciencia de un menor de edad, con el objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con uno de sus progenitores o abuelos.
Agrega que la familia representa la base primordial para el desarrollo del ser humano, ya que es en el seno de las familias donde se forma y cuida a lo más preciado para una sociedad que es la niñez; sin embargo, en la actualidad se manifiesta una crisis evidente de la institución familiar, lo que denota precisamente en la ruptura del vínculo familiar a través de separaciones o divorcios.
Arreola Ortega sostiene que las repercusiones del conflicto familiar ante una ruptura de pareja se agravan de manera exponencial cuando la pareja que rompe su vínculo tiene hijos menores de edad, ya que en muchos de los casos, se utiliza a los menores como mecanismos de venganza en contra de la ex pareja, y con ello no sólo dañan la relación del menor con su progenitor, sino dejan estigmas en su desarrollo integral.
Con esta reforma, se busca proteger a los menores de toda forma de violencia familiar incluida la alienación parental, maltrato, agresión, perjuicio, daño, abuso, venta, trata de personas, explotación o cualquier acto que atente contra su integridad física, psicológica o menoscabe su desarrollo integral.