Por Roberto Carlos Guevara
Morelia Michoacán a 7 de noviembre de 2024.- A las puertas de Casa Michoacán se desató una manifestación que encendió el foco de alerta sobre el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla. En un acto de abierta confrontación, el exdiputado federal por Morena, Irepan Maya, hizo un llamado público y directo al mandatario estatal, exigiéndole “dejar de mentirle al pueblo que le dio el triunfo”. Esta declaración no solo revela un distanciamiento entre miembros de Morena, sino que destaca una serie de conflictos internos y discrepancias que podrían estar afectando el gobierno de Ramírez Bedolla.
Irepan Maya, quien se ha caracterizado por su cercanía con movimientos sociales y su postura crítica, manifestó su profundo descontento con la administración de Bedolla, acusándola de manejar una narrativa que considera falsa y de contradecir los principios por los cuales fue electo. En su discurso, el exdiputado federal recordó las promesas de campaña del gobernador, las cuales, según él, han sido abandonadas en favor de intereses que desvirtúan el propósito de la llamada Cuarta Transformación en Michoacán.
A través de gritos, Maya coincidieron en acusar a Bedolla de incumplir con la transparencia prometida, de priorizar intereses de grupos minoritarios y de mantener una estrategia que, aseguran, está más orientada a beneficiar a pocos que al bienestar colectivo.
Maya, visiblemente indignado, declaró que la población se siente “traicionada” al ver cómo sus demandas y necesidades han sido dejadas de lado. “El pueblo confió en Ramírez Bedolla para traer un cambio verdadero a Michoacán, pero lo que estamos viendo es más de lo mismo, o incluso peor. Las promesas de justicia, de equidad y de desarrollo se han quedado en discursos vacíos y, mientras tanto, la gente sigue sufriendo”, afirmó.
El trasfondo de estas declaraciones radica en una serie de conflictos que, según cercanos a Morena, han ido escalando en los últimos meses. Se rumorea que una buena parte de la militancia está descontenta con la falta de avances y la percepción de que Ramírez Bedolla ha tomado un rumbo personalista en su gestión, dejando de lado a la base social que lo llevó al poder. Ante estas afirmaciones, voces dentro de la oposición y del mismo partido han comenzado a cuestionar la capacidad de Bedolla para liderar el cambio prometido y se teme que el conflicto interno pueda derivar en una fractura mayor.
Esta manifestación a las afueras de Casa Michoacán envía un mensaje claro: el apoyo que alguna vez sostuvo a Alfredo Ramírez Bedolla parece resquebrajarse, y figuras como Irepan Maya están decididas a no guardar silencio. En un contexto de alta tensión social y un clima de inseguridad creciente, las acusaciones de falsedad y falta de compromiso son sumamente graves, pues minan la confianza de la ciudadanía en un momento en que el estado enfrenta diversos desafíos.
En este sentido, la manifestación de Irepan Maya podría tener consecuencias políticas importantes para Bedolla, quien enfrenta la disyuntiva de responder a las demandas o arriesgarse a una mayor pérdida de legitimidad. Para muchos, este acto marca un punto de inflexión que podría desencadenar un cambio en la dinámica de poder dentro del partido y del estado.
Ante esta situación, la pregunta queda en el aire: ¿Responderá Alfredo Ramírez Bedolla a las exigencias de su propio partido y tomará acciones para revertir esta percepción de traición? O, por el contrario, ¿permanecerá en un camino que podría llevar a un desgaste irreversible de su administración?