Por: Casimiro Betetas
Septiembre 22 de 2015.-A MIS QUERIDOS “COLEGAS”
Estaba por enviar mi participación a mi patrón y antes de dar el clikaso, ¡sopas!, que se empieza a mover el piso de la sala de prensa de gobierno del estado (fue el pasado martes 19 de septiembre de 2017); lo que siguió fue la alarma, la salida de trabajadores que no los tundeteclas que ahí estábamos en ese momento pero eso no fue nada ante la información que enseguida empezó a fluir; me dejó perplejo, ya no envíe nada incluso, borré lo que inspiradamente había redactado.
De lo que se vino, desesperación, terror y lágrimas, se rescata la solidaridad de los mexicanos, al día siguiente las cabezas de absolutamente todos los medios de comunicación, mostraban con dolor que México llora y sí, así es, México llora y la ciudadanía cada quien a su modo valiéndole madre las críticas que en Facebook hacen en torno a si se actúa bien o mal, muestran su disposición de ayudar, de apoyar, de unirse en oración por los hermanos en desgracia.
En este contexto se ubican los reporteros, reporteros gráficos, fotógrafos y camarógrafos todos, externando a su modo lo lamentable del caso que a todos nos duele y que nos deja ver la pequeñez de los humanos pero también, la grandeza del hombre que en momentos como este sale a relucir mostrando solidaridad y disposición para ayudar al hermano.
La ceguera del Mirón
Esta vez sí me perdona el patrón, no voy a retomar lo que borré el pasado martes porque además de mirón, soy medio pendejo y me cuesta mucho trabajo recobrar la inspiración y menos aun cuando miró a “mis colegas reporteros”, “si Manuel”, bueno a lo mejor algún día podré ser como ellos que en el instante mismo de la noticia, mueven los dedos a la velocidad de sus pensamientos y surgen sus relatos que, si no hubiera gráficas, con sus puros textos los lectores tendríamos una radiografía de los hechos.
Así es, los periodistas todos (incluyen quienes cargan su cámara), van contra natura porque mientras el ciudadano común y corriente ante un hecho de peligro tiende a escapar, el periodista busca como estar lo más cerca para conocer cada detalle del hecho y es por ello, que salen lesionados o lo peor, algunos hasta han perdido la vida y si no, ninguneados por servidores públicos prepotentes que en el caso de los de cámara, se las arrebatan y hasta destruyen.
Esta vez mis tres lectores, no sé qué más decir aparte de reiterar mi admiración por los trabajadores de la tecla y el lente, México llora igual que nosotros los mexicanos y ahí me ubico y sigo mirando los rescates de milagro, eso tampoco sabría interpretarlo porque en una esencia científica o natural, no sería posible que eso se lograra, se ocupa de algo más y cada quien debe saber, qué es, su algo más.
Y de las autoridades desde el más alto rango hasta de todos los niveles, de una forma o de otra, se han solidarizado con los hermanos en desgracia, ojala que esta atrofia mental que me provoca no poder escribir lo que había mirado entre la clase política, se repitiera una y otra vez cuando todo esto vaya pasando y realmente los damnificados reciban todisisimo el apoyo gubernamental y social para que vuelvan a contar con sus viviendas y/o el apoyo laboral y médico para continuar si es que sus lesiones tuvieron consecuencias ojala, así lo decreto yo el Mirón y mirón de mirones, ojala así sea aunque me vuelva a atrofiar de la “tatema”.
También yo, el Mirón ahorita atrofiado, les reitero a todisimos los comunicadores, a todisimos, mi admiración y humilde respeto a su actividad que pareciera hasta que se atropellan para relatar los hechos; mientras yo ocupo chutarme una y otra página, uno y otro periódico y uno y otro programas de televisión y radio y darme mis vueltas para reportear en el ayuntamiento, congreso y gobierno del estado para poder hacer un texto semanal, ustedes parecieran amigos del tiempo y les bastan minutos para reportar o teclear ¡desde su cel!, y soltar la noticia, hecho o acontecimiento, toda mi admiración a ustedes queridos “colegas”. La despedida….. Nos miramos en la próxima.