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El crecimiento poblacional reduce el volumen de agua per cápita, urge cuidarla

Morelia, Michoacán, a 22 de marzo de 2017.- En los últimos 60 años la disponibilidad de agua para la población ha disminuido en más del 50%, de acuerdo al INEGI, debido al crecimiento de la población la disponibilidad de agua en 1910 era de 31 mil metros cúbicos (m3) por habitante al año; para 1950 había disminuido hasta un poco más de 18 mil m3; en 1970 se ubicó por debajo de los 10 mil m3, en 2005 era de 4,573 m3 y para 2010 disminuyó a 4,230 m3 anuales por cada mexicano.

“No podemos seguir a este ritmo, tenemos que transitar a una cultura ambiental que nos permita recuperar aguas del subsuelo y aguas superficiales, de presas, del manantial de la Mintzita y de aguas residuales, porque sí tenemos agua, pero debemos habilitar mecanismos para conservarla y evitar crisis por este líquido”, llamó el titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio climático (SEMARNACC), Ricardo Luna García.

Tan sólo en Morelia, donde vive una cuarta parte de la población de Michoacán, el acuífero ha sufrido una sobre explotación que se traduce en la disminución de agua profunda disponible, en los últimos 15 años se ha tenido que sacar agua de pozos a una profundidad de hasta 350 metros, cien metros más que en el año 2000, esta situación se debe a tres factores, la sobreexplotación, el desperdicio y la reducción de la cubierta vegetal necesaria para mantener la humedad en el ambiente.

El agua es un recurso que no vemos cómo se genera, cada Organismo Operador de los 113 municipios, hace todo lo posible para que el servicio no decaiga, pero al acentuarse el estiaje muchas colonias de las ciudades, como Morelia, ven disminuir su suministro, los pozos de donde se abastecen se abaten y baja la capacidad de servicio.

“Reconocemos el esfuerzo que año con año hacen los Organismos Operadores para que la escases de agua no llegue a niveles críticos durante las temporadas de estiaje, pero hay colonias donde de plano ya no sale agua en las llaves, allí se tandea el servicio o se suministra con pipas a fin de que el agua no le falte a la población, pero esta situación debe llamarnos a la conciencia del cuidado del agua”, convocó el ingeniero Ricardo Luna al conmemorarse el Día Mundial del Agua.

Pese a que cada año se recargan los acuíferos con el periodo de lluvias, los pozos no se recuperan al mismo nivel, ello se debe a que cada acuífero tiene su propio equilibrio natural que se debe considerar en un comportamiento histórico y no inmediato; una evidencia directa de que los acuíferos se están abatiendo, es el aumento de grietas geológicas, inundación de casas y edificios, o la formación repentina de socavones en la mancha urbana.

En los últimos años el nivel de producción de agua en los pozos ha bajado en más del 50 por ciento, en unos más que en otros, eso quiere decir que los acuíferos están siendo sobre explotados, que se está extrayendo más agua de la que se recarga.

“Los pozos no son el futuro de suministros de agua, el futuro de suministro deben ser las aguas superficiales; en consecuencia, la única salida es cuidar el agua y crear un ambiente propicio para que se recarguen los acuíferos, entrarle al cuidado ambiental para que las presas, los sistemas lagunares y los ojos de agua se recarguen a su máxima capacidad”, llamó el funcionario estatal.

La ciudad de Morelia se abastece hasta un 65 por ciento de agua superficial, la cual se origina en el manantial de La Mintzita y la presa de Cointzio, solamente un 35 por ciento se extrae de pozos, pero si la ciudad sigue creciendo, el agua cada vez alcanza menos porque se da servicio a más población, y la disponibilidad del líquido es la misma.

Acuífero sobre explotado

Las condiciones del acuífero Morelia-Queréndaro cada vez son más delicadas, los nuevos pozos se están perforando a una profundidad mínima de 250 metros, cuando hace quince años se perforaba a una profundidad no mayor de los 100 metros, incluso algunos de ellos se han secado por completo.

Perforar pozos a mayor profundidad no es la solución, porque se puede seguir perforando a 500, pero entre más profunda sea se encuentre el agua, es menos saludable porque pueden contener metales pesados al considerarse aguas fósiles; “lo ideal sería que no sobreexplotáramos los pozos, que buscáramos aguas superficiales, y que de manera autónoma racionalicemos el uso del agua”, invitó el Secretario de Medio Ambiente.

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