Por Abundio Molinero
Morelia Michoacán a 7 de agosto de 2018.- Los cobros que el servicio público hace de manera diferenciada por pasajero en Morelia y en el interior del estado, se deben principalmente a las diferentes clases de unidades que existen pues algunas llegan a cobrar hasta 16 pesos cuando la tarifa autorizada por persona es de 9 pesos.
Y es que las cuatro clases de unidades que hay son, primero, los colectivos urbanos que también son conocidas como “combis”, después están los urbanos, que son los camiones más deteriorados y sin placas que cubren las rutas “Trincheras”, “Panteón”, “Alberca”, “Centros Comerciales”, “Santa María”, entre otros.
Otra clase de camiones son los suburbanos algunos de los cuales ya salen de los límites de la ciudad y finalmente los foráneos que son aquellos que incluso salen de las terminales tanto del norte como del sur y que ya cobran una tarifa diferente.
Al indagar la razón por la que tanto los suburbanos como los foráneos cobran una tarifa más alta que los camiones y las combis, de manera extraoficial se supo que es por que las distancias son más largas aunque también nos indicaron que los foráneos deberían subir a los pasajeros en las centrales, cobrarles la tarifa según el lugar a dónde vayan y no levantar más pasaje hasta llegar a su destino lo cual obviamente no es así.
Uno de los ejemplos fue que las unidades que salen de la central que se ubica en la calle de 5 de febrero y que van hacia la salida a Salamanca, se van deteniendo ya no solo en las paradas que están marcadas, sino en cada esquina lo que es una irregularidad, otro son los camiones de Capula que en lugar de cobrar un peso más, decidieron cobrar dos pesos pero que no son sancionados por la Comisión Coordinadora del Transporte (Cocotra) dependencia encargada de “regular” el transporte público.
Ante la falta de una información puntual a los usuarios de cuánto deben pagar por utilizar las unidades del servicio público, parece que en Michoacán los transportistas pueden poner la tarifa que se les antoje, cobrar lo que quieran, detenerse en cualquier lugar incluso hasta en doble fila, surtir gasolina con pasaje a bordo, poner sus propios horarios, circular sin placas, sin luces y en ocasiones hasta sin documentos y la Cocotra, desde hace muchos años fue rebasada convirtiéndose en un espectador que solamente cobra los derechos que cada año el transportista debe pagar.